Hanz Zimmer fue el encargado de trabajar en “Interstellar”, de Christopher Nolan. El prestigioso director le dio al compositor una consigna específica, aunque no le reveló la imagen completa. ¿Cuál fue su plan?
La música supone una parte fundamental de las películas. Marcan el ritmo, el tono y el mensaje de la producción. Un 6 de octubre pero de 1927, el sonido llegaba al cine por primera vez en la historia, con el estreno de “El cantor de jazz“, película dirigida por Alan Crosland y protagonizada por Al Jolson.
Ese momento cambió el paradigma y reconfiguró la forma de hacer películas. Y si de música en películas se trata, Hanz Zimmer es uno nombre que debe mencionarse. El compositor alemán se destacó por su labor en el armado de bandas sonoras, con un estilo personal y preciosos arreglos sinfónicos.
Sin embargo, tuvo que enfrentar un gran desafío. Su compañero, el director Christopher Nolan (Memento, Batman, Oppenheimer) lo llamó para que trabajase en su nuevo y ambicioso proyecto, pero con un pequeño detalle: no le comentó nada sobre el contenido de la película.
Nolan le comentó, enigmático: “Voy a mandarte una carta con una historia. Es sobre una película, pero no voy a decirte de qué va, ni tampoco lo hará la historia de la carta. Y quiero que dediques un día a escribir lo primero que te venga a la cabeza”.
La carta en cuestión llegó, escrita a máquina y en papel, al día siguiente. La misma mencionaba dos personajes solamente, que eran un padre que tiene que dejar a su hijo para embarcarse en una misión importante. Acompañado, dos líneas de diálogo: “Volveré” y “¿Cuándo?”.
“Ya no se trataba de una película: estábamos hablando de nuestros hijos. Una vez que tus hijos han nacido, ya nunca te verás a ti mismo con tus propios ojos: siempre lo harás a través de ellos”, reflexionó Zimmer. Una vez que terminó su composición, los dos la escucharon en su estudio de Santa Mónica, y Nolan le dijo que comenzaría a rodar la película.
Zimmer le preguntó entonces de que iba a tratar. “Él empezó a describirme este relato épico del espacio, la ciencia y la humanidad. Yo le dije: ‘Chris, relájate, que he escrito algo muy personal’. Y él me dijo: ‘Sí, y ahora sé dónde está el corazón de la película'”.
Fuente: Ámbito