Altavoz Argentina
Internacional

El productor oculto de una leyenda

El músico estaba confeccionando su próximo disco, para lo que llamó a uno de los reyes del funk para lograr uno de sus máximos hits.

David Bowie es uno de los artistas más importantes de la historia de la música. Su capacidad para crear álbumes conceptuales, hilvanando influencias de todo tipo, lo consolidaron como un músico prestigioso y con una visión única.

Con el éxito que acarreaba de las décadas del 60′ y 70′, plagada de trabajos importantes como “Hunky Dory”, “The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars” y “Heroes“, la década del 80′ se presentó como un desafío para el Duque Blanco.

En sus manos contaba con una idea musical, y el plan era que fuese bailable. Cansado del rock experimental y el glam, Bowie estaba listo para pasar a un pop en el cual no hubiese mucho que pensar.

Entre 1982 y 1983 sucedieron dos cosas; Bowie firmó con EMI Records, alejándose RCA Records y su colaborador histórico, el productor Tony Visconti. Además, en las vacaciones se fue con discos de exponentes del R&B y funk, como James Brown, Albert King y Little Richard. “Me pregunté, ¿por qué elegí esta música para escuchar? Es música que no provoca tensión y por el contrario, causa una sensación de placer y felicidad. Hay entusiasmo y optimismo en esas canciones”, expresó.

Bowie se metió en terreno comercial, y para ello llamó a Nile Rodgers, histórico guitarrista y productor que venía de trabajar con Diana Ross. Luego de conocerse en Nueva York en 1982, los dos músicos se reunieron en un estudio de grabación, con sesionistas convocados por Rodgers. Aunque todo comenzó porque Bowie se acercó a su par y le dijo: “Nile, cariño, creo que esto es un éxito”.

Fue así como le mostró su idea inicial para “Let’s Dance”, aunque el rasgueo de las cuerdas se acercaba más a un sonido folk que no interesaba mucho en Rodgers. “Vengo de la música dance. No puedes llamar a esa cosa que acabas de tocar ‘Let’s Dance’”, lo destruyó el guitarrista.

Así fue que Rodgers ajustó algunos sonidos y efectos, que se sumaron a ese rasgueo típico de alguien que lleva el ritmo en su sangre. A la canción se sumó Stevie Ray Vaughan, guitarrista que Bowie había visto actuar en el Festival de Jazz de Montreux y que, según él, le agregó un espíritu blues al tema.

En 1983 salió el álbum “Let’s Dance”, con su pegajosa canción homónima y otros tantos hits como “China Girl” y “Modern Love”, que le valieron a David Bowie una nominación al Mejor Disco del Año en los Grammy de 1984.

Fuente: Ámbito

TE RECOMENDAMOS SEGUIR LEYENDO

Cómo se compuso la música de una película icónica

Redacción

Daddy Yankee anuncia gira y álbum de despedida

Redacción

Abbey Road abre sus puertas para celebrar su 90º aniversario

Redacción