El 5 de agosto de 1967 se editó The Piper at the Gates of Dawn, el primer disco de una de las bandas que cambiaría el paradigma musical contemporáneo.
Pink Floyd es una de las bandas de rock más importantes aún en la actualidad. Ha sido influencia musical en numerosos países, incluyendo el nuestro. El 5 de agosto se cumplen 57 años de la edición del álbum debut, The Piper at the Gates of Dawn.
Una gran inspiración poética a la hora de elegir el nombre del álbum fue el libro del escritor Kennet Grahame “El viento en los Sauces”, texto que estaba leyendo Syd Barrett y lo eligió para brindarle misterio, ensoñación y mística al disco.
Eran años movidos en Londres, los Beatles grababan Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band al mismo tiempo que Pink Floyd incursionaba en su primer trabajo. La música estaba evolucionando constantemente y aparecían nuevos lugares a ocupar. De la mano de Barrett, Pink Floyd supo transmitir mediante sonidos los ambientes psicodélicos y la interacción entre las luces, el público, y el clima de la noche a los oídos de los espectadores.
Obviamente el sector más conservador no aceptaba del todo bien este nuevo experimento y rápidamente los relacionó al universo de las drogas, se decía que hacían música para los adictos al LSD, o por lo menos que describían esas sensaciones.
Lo que para otras bandas era un problema, para Pink Floyd fue un avance experimental. La interacción entre un estudiante de bellas artes idealista, soñador y reacio a las estructuras con poética folk se combinó perfectamente con los otros miembros del grupo, estudiantes de arquitectura que estructuraban de alguna manera aquel desorden.
Fuente: Ámbito